Vendo su Casa en Navidad

jueves, 27 de noviembre de 2008

El Vaso Medio Lleno Por Favor

Durante los últimos meses no han dejado de aparecer en prensa informaciones desalentadoras acerca de los efectos de la crisis subprime, los elevados precios del crudo, la escalada de los precios de las materias primas, la fuerte desaceleración del sector inmobiliario, los malos indicadores macroeconómicos y las pesimistas previsiones de los analistas. En definitiva, un cúmulo de malas noticias que constantemente nos inundan y van minando nuestras esperanzas de que esta coyuntura mejore.
Ante esta situación, me gustaría ver el “vaso medio lleno” en lugar de “medio vacío”, sin obviar la realidad y siendo consciente de los retos que debemos afrontar para salir adelante. En ciclos bajistas, como el que estamos atravesando en estos momentos, se produce una depuración en el mercado mediante la desaparición de algunas compañías, surgidas en un contexto de bonanza económica y, en muchos casos, fruto de excesos empresariales.

Ahora llega la hora de realizar una pesada digestión que pasará por esa purga del mercado. Se presentan, por tanto, una serie de oportunidades para muchas empresas de mejorar su posición competitiva en sus respectivos sectores de actividad, mediante la puesta en marcha de diferentes medidas estratégicas que marquen la diferencia respecto a sus principales competidores.

Para analizar estas alternativas debemos considerar cuáles son los principales factores que pueden deteriorar la marcha del negocio de cualquier compañía. Por un lado, una coyuntura económica adversa repercute en la caída de ventas y el aumento de costes, y tiene efectos sobre el capital circulante y la situación de los mercados financieros, con el correspondiente impacto sobre el acceso a nueva financiación, el endurecimiento de las condiciones de la deuda y, en definitiva, el parón del crecimiento del negocio por el freno de la inversión.

Algunas de las primeras medidas que suelen tomar las compañías ante situaciones de este tipo están relacionadas con aspectos operativos, mediante el recorte de costes fijos, la transformación de ciertos gastos fijos en variables, la contención de las inversiones y la mejora del capital circulante a través del aumento de los períodos medios de pago. Este tipo de medidas, por sí solas, ayudarán a algunas empresas a ‘atravesar el desierto’ pero perdiendo, probablemente, su posición competitiva; sin embargo, existen otra serie de medidas de mayor calado estratégico que pueden permitirles ganar puntos en la tarta de su mercado.

Por un lado, se presenta la oportunidad o la necesidad de ordenar el pasivo financiero y adecuar la estructura de capital a la nueva realidad del negocio. Muchas compañías se verán avocadas a refinanciar su pasivo con su pool bancario para ajustar la estructura de su deuda a la naturaleza de sus activos y evitar caer en impago en el corto, medio y largo plazo.

Por otro, la venta de sociedades, líneas de negocio o ramas de actividad puede constituir un buen balón de oxígeno en términos de liquidez; además, evitará la dispersión en la gestión de diferentes negocios y la creación de valor en aquellos casos donde no existen sinergias entre las distintas ramas y, por tanto, donde el grupo valdría más por partes que como un todo.

Otra alternativa es la de dar entrada a socios industriales o financieros. Si bien es cierto que hay cierta crisis de liquidez en los mercados también es verdad que la riqueza y la liquidez están mal repartidas (ya que el dinero no se destruye sino que, simplemente, cambia de manos), existiendo fondos con grandes cantidades de capital y necesidades de inversión. Muchos de los fondos que se han levantado en los últimos meses están orientados a adquirir compañías en situación de distress que pueden llegar a ser el flotador de muchas empresas en estado pre-concursal.

Para algunas compañías puede ser un buen momento para realizar adquisiciones o incluso plantearse salir a cotizar en bolsa. Las restricciones de liquidez por parte de las entidades financieras en cuanto a la financiación de compras apalancadas coloca en una situación privilegiada a los players industriales frente a los private equity donde, al contrario de lo que ha pasado estos últimos años, el valor de las sinergias supera al valor generado por el LBO. Por otro lado, se presentan oportunidades para cotizar en los mercados mediante la adquisición de compañías cotizadas cuyos precios han venido cayendo constantemente desde el segundo semestre de 2007.

En muchos sectores se abrirán oportunidades de concentración empresarial mediante procesos de fusión. Ante un escenario de liquidez restrictiva, la fusión de compañías mediante el canje de acciones puede ser una vía de crecimiento interesante, siempre y cuando el racional de la operación tenga sentido estratégico. Obviamente, el objetivo de estas operaciones debe ir orientado hacia el aumento de cuota de mercado, la mejora de rentabilidad mediante sinergias operativas y la creación de valor vía estructuras de capital complementarias.

En definitiva, existe una ventana de oportunidad para aquellas compañías que vean el “vaso medio lleno” y aprovechen el proceso de reordenación que sufrirán muchos sectores, no sólo sobreviviendo sino mejorando su posición competitiva y creando valor.

Es Momento de Invertir en Oficinas?

La inversión en finca raíz de todo tipo: residencial, comercial, corporativa y bodegas, está en crisis en la mayor parte del mundo desarrollado e incluso en muchas partes en desarrollo (China, India).Los precios comenzaron a descender hace más de un año y su velocidad de disminución se ha incrementado en los últimos tres meses. Sin embargo, durante los 10 o 15 años anteriores, y especialmente durante los últimos cinco, las inversiones en finca raíz gozaron de un favoritismo sin precedentes entre los inversionistas.En Colombia, la situación ha sido diferente. Durante la crisis de 1998 al 2003 los precios de la finca raíz tuvieron descensos incluso superiores al 60 por ciento sobre los precios del año 96.Con la inestabilidad jurídica del sistema de financiación hipotecaria, la construcción de nuevas edificaciones prácticamente desapareció.E incluso con la recuperación económica y una oferta de inventarios limitada se ha experimentado sucesivamente unos muy representativos aumentos en los precios de la finca raíz residencial, de viviendas de recreo, de bodegas y más recientemente de oficinas. ¿Cómo se ven actualmente las oportunidades de inversión en oficinas?En términos generales…Para aproximarse a la inversión en finca raíz es importante considerar que es una categoría de activo financiero con unos patrones de comportamiento en sus valores y rentabilidades muy distinta a las demás.Tal vez la característica más evidente es la falta de liquidez de la inversión. Esto es un importante obstáculo que nunca se logra resolver satisfactoriamente y que dificulta que las rentabilidades efectivas sean similares a las aparentes, pues la salida de una inversión en finca raíz representa un alto castigo en el precio. Esto es así aún, por ejemplo, en los casos en los cuales los inmuebles están representados por títulos valores, pues aunque la transferibilidad de los títulos es útil, el activo subyacente sigue siendo ilíquido y esto marca la pauta. Los Reits (Real Estate Investment Trusts) por ejemplo, no se han salvado de la debacle del mercado inmobiliario estadounidense.La segunda característica que hay que tener en cuenta es la gran ciclicidad de este tipo de inversión, cuya rentabilidad reacciona de manera muy favorable cuando repunta la actividad económica en general y de forma muy negativa cuando ésta baja. En el caso de las oficinas esto se exacerba. Cuando los negocios van bien las compañías no escatiman en gastos de localización. Cuando van mal, ni siquiera alquilan oficinas.La ciclicidad se explica también por el tiempo considerable que pasa entre la toma de la decisión de construir una edificación y la ocupación efectiva por parte de inquilinos, tiempo que puede ser, normalmente, de dos o tres años. Por esta razón es inevitable que sea un mercado en permanente desequilibrio; excesos de oferta son seguidos por excesos de demanda. Los precios son viscosos y cambian lentamente. Las tendencias de precios en finca raíz no se revierten repentinamente y esto los lleva a aparentar ser fáciles de anticipar.En la actualidad, por ejemplo, existe una gran demanda insatisfecha por espacio de oficinas que permite inferir un continuado aumento en los precios durante los próximos meses. Pero debido a que los compradores o potenciales inquilinos de los edificios en construcción están en este momento ocupando otros, es difícil prever el proceso por el cual, en la medida en que se hagan habitables los proyectos en curso, el exceso de demanda pasará a ser exceso de oferta.Finalmente, la inversión en oficinas se puede evaluar como cualquier otra. Tiene diversas formas de rentabilidad, como arriendo, valorización y la participación en negocios que se realicen en el sitio. A diferencia de la inversión en otros activos financieros, la finca raíz tiene altos costos de administración y mantenimiento, y lleva implícitos altos costos fiscales, que es importante tener en cuenta.Dentro de la evaluación financiera, el apalancamiento de la inversión es crucial para generar rentabilidades comparativas con las que se realizarían en otros activos financieros. La financiación sobre finca raíz esta bien atendida por los intermediarios de crédito y un apalancamiento del 50 por ciento a un costo razonable mejorará perceptiblemente la rentabilidad de la inversión sin que signifique asumir un riesgo excesivo.Reciente evolución y perspectivasLa inversión en oficinas durante los últimos años ha sido rentable, especialmente si fue realizada durante o justo después de la crisis. Los arriendos de oficinas en general, de acuerdo con los nuevos contratos, han subido alrededor del 50 por ciento durante el último año. Los precios se han comportado de forma similar, pasando de niveles de 3 o 4 millones de pesos el metro cuadrado a 5 o 6 millones más recientemente. Incluso, se han realizado transacciones hasta por 8 millones de pesos el metro cuadrado en edificios emblemáticos específicos.La firma Colliers Internacional publica un estudio trimestral que arroja luces sobre el tema. La disponibilidad de espacio en oficinas premium, que ellos denominan A+, llegó a un mínimo histórico durante el primer semestre del 2008. En ese período, los arriendos para este tipo de oficinas presentaron un incremento anual del 40 por ciento. Los arriendos más altos se presentan en el sector de Santa Bárbara, donde se han registrado niveles de hasta 75 mil pesos el metro cuadrado.De acuerdo con un estudio de Colliers, hoy día hay en curso 16 proyectos de oficinas con características A+, de los cuales 13 se encuentran ya en construcción. Esto implica que para el primer semestre del año 2010 se duplicará la cantidad actual de espacio para oficinas de esta categoría, lo cual presentará una posible sobreoferta.Es poco probable que esto no tenga un impacto fuerte sobre los precios y arriendos, lo cual los reduciría en comparación con los niveles actuales. Si no se esperan mejorías en la actividad económica general o eventos que tengan un impacto directo sobre el mercado de oficinas (como la aprobación del TLC), no parece entonces que el momento sea el más propicio para invertir en oficinas.

La Avaricia de la Banca

Es posible que hipotecas concedidas por entidades financieras solventes a personas sin suficientes recursos puedan ser capaces de desencadenar la mayor hecatombe financiera de la historia y poner contra las cuerdas a las principales economías mundiales? La respuesta es un rotundo, y profundamente inquietante, sí. Pero éste no es más que uno de los detonantes de la actual crisis. A este incumplimiento de cualquier decálogo bancario (no prestar dinero a alguien que no estás seguro que te lo puede devolver en los plazos previstos) se han sucedido otros factores que han agravado la situación: la aparición de toda una gama de productos subprime (los créditos de alto riesgo se empaquetaban y se vendían a inversores institucionales) que se han comercializado dentro y fuera de EE UU, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en algunos países, el repunte de la inflación…
Las primeras víctimas de la crisis han emergido dentro del sector financiero, con la desaparición de más de una decena de entidades de primera fila, lo que ha obligado a los Gobiernos de diferentes países, como el estadounidense, el británico, el irlandés o el belga, a inyectar miles de millones de euros en los balances o incluso a nacionalizar entidades. Cheques en blanco para evitar la caída en cadena de todo el sistema financiero mundial y el colapso de los mercados financieros. Pero, sobre todo, un generoso talón para intentar recuperar la confianza del sistema y lograr que la maquinaria vuelva a ponerse en funcionamiento con la reapertura de los mercados de capitales.
La aprobación el viernes del Plan Paulson, diseñado por el Tesoro de EE UU para evitar más quiebras y que destinará 700.000 millones de dólares a comprar estos ‘activos tóxicos’ que ahora circulan por el sistema, es un primer paso, pero no suficiente para recomponer los daños causados en estos últimos 14 meses.
Quiebras: ¿Cómo cae en bancarrota una entidad financiera?
Cualquier entidad debe mantener unos ratios de capital mínimos para garantizar su solvencia. Si éstos caen en picado, sea por una mala gestión o por la retirada de confianza de sus clientes, pasaría a estar en situación de quiebra al no poder soportar sus resultados las pérdidas acumuladas. Es lo que le sucedió a Lehman, cuarto banco de inversión de EE UU. La entidad se vio salpicada por su elevada exposición a los productos subprime y generó un agujero en sus cuentas. Se desplomó por el precipicio en cuestión de días, ya que al tratarse de un banco de inversión no contaba con depósitos con los que compensar las dificultades para obtener financiación en unos mercados de capitales cerrados a cal y canto. Cuando presentó su suspensión de pagos, Lehman declaró una deuda de 613.000 millones de euros. En España, la más reciente es la de Banesto, intervenido en 1993 por el Banco de España. En este caso, el causante del deterioro de su solvencia fue el crecimiento del crédito sin control, unido a las operaciones fraudulentas de algunos de sus gestores, lo que le condujo a consumir todo su capital y reservas y le colocó en una situación de insolvencia patrimonial.
Pero no es necesario para que un banco quiebre que incurra en pérdidas. Basta con un rumor. No hay más que recordar la estampida de depositantes que se produjo en Northern. Esta retirada de fondos puede originar también una bancarrota en cuestión de horas, ya que al agolparse los reembolsos la entidad no podría hacer frente al pago de sus compromisos. En otros casos, como Fortis, el desplome de su cotización derivó en la rápida intervención de los Gobiernos, que acudieron en su rescate, para evitar males mayores.
Antecedentes: Diferentes motivos para un colapso
La bancarrota puede estar producida por su insolvencia, como ocurrió en la quiebra de Banesto en 1993, y la incursión de las cuentas de una entidad en pérdidas o por la retirada masiva de depósitos por parte de los clientes como sucedió con el británico Northern ante la difusión de un rumor sobre su delicada situación.
Crisis sistémica: Por qué se produce un contagio tan rápido
La transmisión de las turbulencias no se ha limitado a los mercados, donde es habitual que se sigan al pie de la letra los dictados del todopoderoso Wall Street, sino que ha alcanzado a prácticamente todas las entidades del mundo. Sólo algunas de las economías emergentes permanecen, al menos de momento, al margen de esta crisis. Uno de los motivos de que este contagio haya sido tan rápido es que los grandes grupos bancarios han extendido sus redes en los últimos años por todo el planeta. Es lógico, por tanto, que Lehman Brothers, así como Merrill, Morgan Stanley, Goldman y Bear Stearns, contaran con filiales repartidas por toda Europa, que también ofrecían a sus clientes una amplia gama de activos subprime camuflados dentro de productos financieros sofisticados. Estos activos tóxicos, además, han terminado en las carteras de grandes grupos financieros europeos que en su momento no dudaron de la calidad de unos productos financieros cuyo marchamo correspondía a los gigantes de la banca de inversión de EE UU. Tampoco hay que olvidar los riesgos de las contrapartidas que mantienen en derivados las entidades financieras, ya que si quiebra una de las dos partes arrastra consigo al otro.
Pero, sin duda, la principal razón es que las turbulencias se han tornado en una crisis sistémica, en la que nadie está a salvo. En una situación de esta gravedad, el inversor no discrimina, deja a un lado el análisis de los fundamentales y sólo piensa en deshacer posiciones lo más rápido posible de aquel sector que esté en entredicho. Y, en esta ocasión, el torpedo ha dado justo en la línea de flotación de todas las economías: el sistema financiero.
Productos: Demanda de productos más sofisticados
La necesidad de prometer rentabilidades cada vez más atractivas llevó a las entidades a poner en marcha sus fábricas de productos. De este laboratorio virtual salió una oferta sofisticada, que durante los tiempos de bonanza se colocó entre institucionales con facilidad, pero que ahora se ha convertido en un castillo en el aire.
El Plan Paulson: Medidas dramáticas para tiempos extraordinarios
Devolver la confianza. La clave de bóveda del llamado plan Paulson (por el secretario del Tesoro, Henry Paulson), oficialmente conocido como Programa de auxilio de activos problemáticos (Troubled Assets Relief Program) consiste en una inyección de 700.000 millones de dólares (medio billón de euros) para estabilizar el sistema financiero estadounidense. No se trata fundamentalmente de parar la sangría bursátil de Wall Street, que también, sino de limpiar los balances de los bancos para evitar futuras quiebras e impulsar un regreso a la normalidad que devuelva la liquidez al sistema bancario y, en consecuencia, a la economía real.
‘No es la única solución necesaria, pero es un paso decisivo. Es muy importante para devolver la confianza al sistema’, valora Francis Ellison, de la gestora Threadneedle. Todas las entidades estadounidenses, o foráneas pero con presencia significativa en EE UU, pueden acogerse al plan.
El Tesoro supervisará el rescate mediante una Oficina de Estabilidad Financiera. El Estado adquirirá los llamados ‘activos problemáticos’, que se definen de la siguiente manera: ‘Hipotecas personales o comerciales y cualquier activo, obligación u otro tipo de instrumento financiero vinculado a esas hipotecas y que fuera originada o emitida antes del 14 de marzo de 2008′. La propuesta se reserva otro as en la manga, que es considerar ‘activos problemáticos’ a todos aquellos que, previo acuerdo con el banco central, ’se determine que es necesario comprar para promover la estabilidad del sistema’.
El plan pretende deshacer así el nudo que ha colapsado las cuentas de los bancos y la actividad de concesión de créditos. Cada día que pasa, es crucial.
Malos activos: el boom inmobiliario, la raíz del problema
La fiebre de la vivienda en EE UU llevó a dar créditos a clientes que no podrían pagar a la menor dificultad. Esos préstamos se estructuraron en bonos de alto rendimiento, respaldados por las hipotecas. Cuando la debilidad económica desató una oleada de impagos, los otrora jugosos bonos hipotecarios quedaron reducidos a cenizas.
Mercado interbancario: La fuente de financiación de los bancos se seca
Distorsiones. La crisis con la que el inversor lleva más de un año peleando se ha agudizado en buena medida por la tensión que vive el mercado interbancario, lugar al que acuden los bancos para financiarse. Los problemas que atraviesan muchas entidades por su exposición a activos tóxicos ha generado pérdidas millonarias en las cuentas de resultados del sector, lo que ha convertido la liquidez en un bien codiciado. El dinero escasea y el que lo tiene no se arriesga a prestarlo al vecino por miedo a no volver a verlo o anticipando sus propias necesidades futuras. Así, en los últimos meses, debido a la enorme desconfianza que se ha generado entre las entidades, este mercado ha estado prácticamente paralizado, secándose así una de las principales vías que usaban los bancos para captar fondos. Toda esta tensión ha provocado que aquellos que finalmente sí logran financiación deban pagar unos tipos de interés desorbitados. Por ejemplo, el Ted Spread indica que los bancos han tenido que pagar intereses 300 puntos básicos por encima de los tipos de las letras del Tesoro a tres meses de EE UU.
Euríbor: Un tipo desbocado
Conseguir un préstamo hoy en día se ha convertido en una odisea para empresas y particulares. Y aquellos con una hipoteca también sufren las consecuencias de la escasez de dinero. El euríbor a 12 meses, tipo al que se referencian la mayoría de las hipotecas, está en el 5,49% cuando lo normal sería que cotizara unos 15 puntos básicos por encima de los tipos oficiales, actualmente en el 4,25%.
Cambios en el modelo: Qué ha fallado en los sistemas de control
Los supervisores y las agencias de rating vuelven a estar bajo la lupa de los mercados, que se preguntan cómo es posible que se hayan comercializado este tipo de productos, sin estar sometidos a ningún tipo de control. Los bancos de inversión independientes, cuya actividad se centra en el asesoramiento de fusiones y adquisiciones, salidas a Bolsa y emisiones de deuda, eran vigilada por la SEC, el regulador bursátil de Estados Unidos. La supervisión del resto de entidades, sin embargo, dependía de la Reserva Federal, con lo que los controles eran mucho más estrictos. Tras el fracaso de este modelo bancario, dos de las entidades que han conseguido salvarse de la quema -Merrill Lynch y Morgan Stanley- cuentan ya con la aprobación de las autoridades para convertirse en bancos comerciales, con lo que podrán captar depósitos.
En Europa, la crisis ha reabierto el eterno debate de la necesidad de una mayor coordinación entre los supervisores nacionales (ahora el Banco Central Europeo sólo tiene competencias en política monetaria) e incluso la propuesta de crear una agencia común.
Emisiones: Unas calificaciones poco acertadas
Una de las principales críticas se dirige a las agencias de rating, ya que algunos de estos productos subprime estaban calificados de triple A, el escalón más elevado que se otorga. Durante la crisis, las agencias también han quedado en entredicho al rebajar sus calificaciones sobre determinadas entidades el día anterior a su quiebra o incluso tras el anuncio de su desaparición.
El día después: El largo camino que conduce a la confianza
Con todas las críticas que algunos relevantes economistas están haciendo al plan de rescate de la banca, su materialización alejará los peores temores que pesaban sobre la economía mundial: un crac financiero de dimensiones desconocidas y la entrada en una fuerte recesión global. Pero que la crisis quede encauzada no significa que las economías de los países desarrollados y emergentes vayan a cambiar el precipicio por un camino de rosas. En primer lugar este rescate no supone que la confianza entre los bancos vuelva con rapidez. Como consecuencia, la falta de liquidez seguirá imperando, el interbancario no se relajará y, por tanto, el abaratamiento de las hipotecas puede hacerse esperar. Tampoco el dinero de los bancos volverá con fluidez a las compañías, por lo que se prevé que la actividad económica y los resultados empresariales se deterioren en 2009. Sin embargo, los ciudadanos preocupados por sus ahorros pueden recuperar la tranquilidad. Otro efecto negativo de las medidas se verá en el deterioro de las cuentas de Estados Unidos: más déficit y de nuevo tensiones sobre el dólar.
Recesión
Con Independencia del desastre de la banca, la economía de Estados Unidos y Europa estaba en vías de recesión o, al menos, de ralentización. Este giro se habría agravado si el sistema hubiese saltado por los aires. No obstante, el panorama sigue apuntado a crecimientos planos o negativos. Eso sí, con menos inflación: el deterioro trae consigo un menor consumo de petróleo y otras materias primas.

Un cambio Favorable

Cada vez menos compradores en barrios cerrados buscan de modificar su estilo de vida: entre 30% y 50% de las operaciones son inversiones para ganar hasta 100%.
Es bien sabido que las inversiones en bienes raíces son a prueba de crisis. Por eso, cada vez más personas incursionan en la compra- venta de lotes en barrios cerrados. De esa manera, los inversores (sobre todo los jóvenes profesionales) obtienen una rentabilidad más que interesante, al tiempo que corren un riesgo mediano durante unos 18 meses.
En realidad, esta modalidad de negocios es relativamente nueva pero crece aceleradamente. Matrimonios jóvenes buscando cambiar el estilo de vida que compran para mudarse “al verde” ceden cada vez más terreno a inversores que apuntan a sacar una buena rentabilidad. Así, entre 3 y 5 de cada 10 operaciones en ese mercado responden a motivos especulativos.
En gran medida, estas iniciativas se basan en las rentas de estas transacciones. Por ahora, estas utilidades superan en forma holgada a cualquiera de las financieras.
Los cálculos más rudimentarios permiten hablar de ganancias promedio de 50% en dos años. Pero, más de uno duplicó su capital inicial en ese plazo. También se registran casos contados donde lo triplicaron.
Lógicamente, esas cifras responden de modo directo al éxito o las condiciones del emprendimiento. Y, como es de esperar, el pequeño ahorrista ejecuta esas negociaciones basándose más que nada en las corazonadas que en la razón.
“Lo ideal es que cada pequeño inversor realizase siempre un estudio de las características del barrio cerrado para analizar sus fortalezas y debilidades”, enfatiza Mauro Ambrosini, titular de Hudson Bienes Raíces
Existen, sin embargo, elementos básicos a considerar. Uno de los de más peso es la accesibilidad. Hoy por hoy se prioriza el acceso directo desde la autopista. Aunque son pocos los emprendimientos que lo ofrecen hasta el momento.
“La seguridad, iluminación y el asfalto del camino de ingreso son cosas que una familia joven mira antes de decidir irse a vivir a estos barrios. Para resumir, el ahorrista (pequeño o mediano) se debe ‘poner en los zapatos’ de esa gente”, remarca Alejo García Guevara, gerente General de Haras Santa María.
TIPS. Otro punto a tener en cuenta es la infraestructura. A diferencia de la década del 90, no se conciben los countries sin equipamiento deportivo, educativo, de esparcimiento y comercial. No obstante ello, sus habitantes reclaman un equilibrio entre cada una de esas estructuras.
“El potencial residente de estos emprendimientos es muy localista. Es probable, por ejemplo, que la gente de San Isidro compre en Tigre, Pilar o Escobar, los de Caballito o Ramos Mejía en el Acceso Oeste y los de Quilmes en Hudson”, comenta Esteban Edelstein Pernice director de Castex propiedades.
Sin embargo, los expertos consideran que una de las preguntas más frecuentes es cuál es la zona más rentable. Sin embargo, esta cuestión no posee una respuesta única.
“Una región que se consolida con varios desarrollos logrará una cotización mayor en conjunto. Esto ayuda más que comprar un lote junto a un country renombrado. Además, un proyecto maduro posee valores elevados, sin ‘aire’ para la suba”, subraya García Guevara. Al mismo tiempo, se debe considerar que los barrios cerrados de élite poseen una demanda sostenida. Aunque los interesados no son muchos cuantitativamente, si conforman una corriente cualitativa y sostenida. Por eso, la reventa de esos terrenos es más rápida y exitosa.
Incluso, muchos extranjeros buscan en el país esas propiedades. Cabe destacar que este flujo conforma entre el 15% y 20% de la demanda total. “Cuanto más único es el emprendimiento, más alto se valoriza. Es positivo que la entrega de lotes sea reducida. Considero también que un country pequeño (120 o 150 parcelas) con todos los servicios de los grandes countries permite duplicar la inversión en 24 meses”, plantea Mauro Ambrosini.
Pero las posibilidades de inversión no finalizan en la compra de terrenos. “Varias familias buscan una vivienda terminada. Así, venden sus propiedad y se mudan”, puntualiza Edelstein Pernice.
Las posibilidades de brindar un paquete completo (formado por lote, casa, pileta y, tal vez, un amarradero) prometen ganancias mayores. Pero esta iniciativa requiere de una asociación entre financistas, arquitectos e ingenieros. Solamente de esa manera se ajustan los costos de construcción.“El negocios en esos casos es doble, suma renta y capitalización. De esa forma, se puede obtener una utilidad por alquiler de entre 7 y 8% anual, mientras la reevaluación del inmueble oscila el 10% por año”, explica Ambrosini.
En los últimos tiempos, un número importante de ahorristas edifican en los barrios cerrados para rentar y vender el inmueble cuando el emprendimiento se consolida. De ese modo, logran rentas superiores al 100%.